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Melanoma: causas, síntomas y tratamiento

El melanoma es un tipo de cáncer de piel que, si se detecta a tiempo, tiene un pronóstico muy positivo.

Por eso, prestar atención a los cambios en los lunares y acudir a revisión cuando algo no encaja es una decisión inteligente, no alarmista.

Conocer cómo aparece, qué signos vigilar y cuándo consultar puede ayudarte a tomar el control desde la prevención, sin vivir con miedo.

Desde CIO Salud, y con motivo del Día Mundial contra el Cáncer de Piel hoy quiero explicarte cómo identificar a tiempo las señales del melanoma, qué factores pueden influir en su aparición y cómo actuar de forma responsable para cuidar tu piel con tranquilidad.

Qué es el melanoma y por qué es importante detectarlo a tiempo

El melanoma es un tipo de cáncer de piel que aparece cuando las células que dan color a tu piel, los melanocitos, comienzan a crecer de forma anormal.

Lo relevante no es solo que pueda extenderse, sino que muchas veces se detecta tarde porque empieza como un lunar más.

Por eso insistimos tanto en la detección precoz del melanoma: porque cuando se identifica a tiempo, el abordaje es mucho más sencillo y con buenos resultados.

No hace falta que tengas miles de lunares ni antecedentes familiares para prestarle atención.

Basta con que uno de ellos cambie, pique, sangre o tenga un aspecto distinto al resto para que merezca una revisión.

Cómo se forma y qué zonas del cuerpo son más sensibles

El melanoma cutáneo se desarrolla por una combinación de predisposición genética y exposición a radiación ultravioleta (UV).

El daño solar acumulado, sobre todo por quemaduras repetidas, hace que el ADN de las células se altere y empiece ese crecimiento descontrolado.

Aunque puede aparecer en cualquier parte del cuerpo, hay zonas más frecuentes:

  • En los hombres, suele localizarse en espalda y tronco.
  • En las mujeres, lo vemos con más frecuencia en piernas.
  • En ambos casos, también se puede presentar en cuero cabelludo, cuello o incluso en zonas que nunca han recibido sol directamente.

Por eso es importante revisar todo el cuerpo y no limitarse a lo que se ve a simple vista.

Un melanoma en fase inicial a menudo no duele, no pica, ni molesta, pero sí cambia poco a poco.

Tipos de cáncer de piel que debes conocer

No todos los melanomas se comportan igual, por eso hablamos de varios tipos según su aspecto y evolución. Los más comunes son:

  • Melanoma de extensión superficial: es el más frecuente. Crece lentamente sobre la piel antes de invadir capas más profundas.
  • Melanoma nodular: de crecimiento más rápido y con tendencia a profundizar desde el inicio. Suele ser más oscuro y abultado.
  • Melanoma lentigo maligno: aparece en zonas crónicamente expuestas al sol, como cara o escote, sobre todo en personas mayores.
  • Melanoma acral lentiginoso: menos común, pero importante, porque aparece en palmas, plantas o debajo de las uñas.

Identificar el tipo ayuda a definir el tratamiento y el seguimiento, pero lo más importante es no dejar pasar los primeros signos. Un cambio en la piel siempre merece ser revisado.

lunar sospechoso

Causas principales del melanoma

Este tipo de cáncer de piel no surge por un único motivo, sino por la combinación de varios factores que, si los conocemos bien, podemos controlar o vigilar con más atención.

1. Exposición solar sin protección

La causa más frecuente y evitable del melanoma cutáneo es la exposición excesiva al sol, sobre todo sin protección adecuada.

No hablamos solo de ir a la playa sin crema: el daño se acumula con el tiempo, en paseos, terrazas, trayectos en coche o actividades al aire libre.

Y lo que muchas veces se subestima son las quemaduras solares repetidas en la infancia o adolescencia, que aumentan significativamente el riesgo en la edad adulta.

El uso de cabinas de rayos UVA también tiene un papel claro en el desarrollo del melanoma, aunque esté menos presente en las consultas hoy en día.

Aun así, sigue habiendo personas que recurren a ellas sin saber el impacto real que tienen sobre las células de la piel.

2. Factores genéticos y antecedentes personales

No todo depende del sol. Hay personas que, aunque se cuidan mucho, tienen mayor predisposición por factores que no se pueden modificar.

Si tú tienes antecedentes familiares de cáncer de piel o has tenido un melanoma previo, tu riesgo es mayor.

También se consideran más vulnerables quienes tienen:

  • Piel muy clara o que se quema con facilidad.
  • Ojos claros y cabello rubio o pelirrojo.
  • Gran número de lunares (más de 50) o presencia de lunares atípicos.

Estos factores no son para alarmarse, pero sí para tomárselos en serio.

En estos casos, el control dermatológico regular es clave. Porque en pieles con mayor riesgo, un melanoma en fase inicial puede parecer un lunar más si no se revisa con criterio médico.

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3. Otros factores que pueden influir

Además del sol y la genética, hay otros elementos que también se han relacionado con el desarrollo del melanoma maligno:

  • Inmunosupresión: personas que han recibido trasplantes o tratamientos que bajan las defensas tienen más riesgo.
  • Exposición a ciertas sustancias químicas en el entorno laboral, aunque este factor es menos frecuente.
  • Edad avanzada, aunque cada vez se ven casos en pacientes jóvenes, sobre todo en zonas corporales más expuestas.

Lo importante es no quedarse solo con un motivo.

Si conoces tu piel y sabes si tienes factores de riesgo, es más fácil que detectes un cambio a tiempo. Y ahí es donde está el margen para actuar con rapidez y sin complicaciones.

cáncer de piel

Señales de alerta en la piel

No todos los cambios en la piel indican un problema, pero con el melanoma no conviene confiarse. La clave está en saber distinguir lo que es normal de lo que necesita revisión médica.

Y aunque no se trata de mirarte con obsesión cada día, sí merece la pena que observes tu piel con cierta frecuencia, sobre todo si tienes muchos lunares o algún factor de riesgo.

Qué cambios en un lunar deben hacerte consultar

Hay señales que no deberías pasar por alto. Si un lunar que llevas tiempo viendo empieza a cambiar de tamaño, modifica su forma o presenta colores distintos en una misma lesión, es momento de pedir cita.

Otras señales que deberían hacerte consultar:

  • Pérdida de simetría en el contorno.
  • Picor, escozor o sangrado espontáneo.
  • Una herida que no termina de cicatrizar.
  • Aparición de un nuevo lunar en la edad adulta.

El melanoma cutáneo no siempre se presenta como un lunar clásico. A veces es una mancha plana, de bordes irregulares o con un tono más oscuro que el resto.

Por eso, más que memorizar cómo debe ser un lunar “normal”, lo importante es detectar lo que ha cambiado.

Cómo aplicar la regla ABCDE para detectar el melanoma de forma práctica

La famosa regla ABCDE es una guía útil que te ayuda a valorar si un lunar puede tener características propias del melanoma. Es sencilla y práctica:

  • A de Asimetría: si divides el lunar en dos mitades, no son iguales.
  • B de Bordes: si los bordes son irregulares, dentados o mal definidos.
  • C de Color: si hay más de un tono en la misma lesión (negro, marrón, rojizo…).
  • D de Diámetro: si mide más de 6 mm (aunque algunos melanomas son más pequeños).
  • E de Evolución: si ha cambiado recientemente o se comporta de forma distinta al resto.

No necesitas usar una regla ni ser dermatólogo. Solo observar con atención y, si hay dudas, pedir una revisión.

En la consulta usamos herramientas como el dermatoscopio, que nos permite ver detalles que a simple vista no se aprecian.

Diagnóstico y tratamiento médico del melanoma

Detectar un melanoma a tiempo cambia por completo la forma de abordarlo. Cuanto antes se confirma el diagnóstico, más sencillo es tratarlo y más favorable suele ser la evolución.

Aquí quiero explicarte, sin rodeos ni tecnicismos innecesarios, cómo lo hacemos en consulta, qué opciones de tratamiento existen y por qué el seguimiento es tan importante como el primer paso.

Cómo se detecta en consulta dermatológica

El primer paso siempre es una buena observación clínica. Si tú has notado un cambio o vienes a una revisión de control, lo que haremos será valorar tu piel con lupa, literalmente.

Usamos una herramienta llamada dermatoscopio, que nos permite ver estructuras internas del lunar sin necesidad de tocarlo ni hacer daño.

Si ese lunar nos genera sospecha, el siguiente paso es la extirpación completa con un pequeño margen de seguridad.

La muestra se envía a anatomía patológica para su análisis. Este paso es el que confirma si estamos ante un melanoma cutáneo, y en caso afirmativo, nos indica el tipo, el grosor y si ha llegado a capas más profundas.

Todo esto es lo que determina el estadio del melanoma, y con esa información definimos el tratamiento más adecuado para ti.

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Opciones terapéuticas según el tipo y estadio

Cuando el melanoma se detecta en una fase inicial, el tratamiento suele ser quirúrgico y curativo. Se retira la lesión con un margen de seguridad más amplio, asegurándonos de que no queden células malignas.

En la mayoría de los casos, no es necesario ningún tratamiento adicional.

Si el melanoma es más profundo o ha llegado a ganglios linfáticos, el abordaje es distinto. En esos casos puede combinarse con:

  • Estudios de extensión (como ecografías o PET-TAC).
  • Cirugía de ganglio centinela para comprobar si se ha diseminado.
  • Tratamientos complementarios, como inmunoterapia o terapias dirigidas, en función del tipo de melanoma y su comportamiento.

Gracias a los avances en oncología dermatológica, hoy contamos con terapias cada vez más específicas que han mejorado mucho el pronóstico del melanoma avanzado.

Lo importante es individualizar el tratamiento según cada caso.

síntomas melanoma

Seguimiento y control tras el tratamiento

Una vez tratado, el melanoma no se da por cerrado sin más. El seguimiento forma parte del tratamiento. Durante los primeros años, realizamos revisiones dermatológicas periódicas para:

  • Revisar la cicatriz y asegurarnos de que no hay recidiva.
  • Explorar el resto de la piel en busca de nuevas lesiones sospechosas.
  • Acompañarte en la prevención y en la vigilancia activa, de forma tranquila pero constante.

También es fundamental que tú aprendas a observar tu piel, que sepas qué signos deben hacerte volver a consulta y que no te quedes con dudas.

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Dra. Anne Barrutia
Tratamiento de enfermedades de la piel, Tratamiento de patología capilar, tratamiento del envejecimiento prematuro y Cirugía dermatológica

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