La sordera neurosensorial puede hacer que notes ciertos sonidos más lejanos, distorsionados o incluso imposibles de identificar.
A veces empieza con la sensación de que “la gente murmura”, de que necesitas pedir que repitan las frases o de que tu oído no responde igual en ambos lados.
Cuando el nervio auditivo o las estructuras internas del oído no trabajan como deberían, tu forma de relacionarte con el entorno cambia sin que te des cuenta.
Mi objetivo es ayudarte a comprender qué está ocurriendo, por qué aparece este tipo de pérdida auditiva y qué opciones reales existen para mejorar la comunicación y tu bienestar.
Desde la Unidad de Otorrinolaringología de CIO Salud quiero explicarte qué hay detrás de estos cambios y cómo abordarlos con rigor y tranquilidad.
Qué es la sordera neurosensorial
La sordera neurosensorial aparece cuando el oído interno o el nervio auditivo pierde parte de su capacidad para transformar los sonidos en señales que el cerebro pueda interpretar.
No es que el sonido “no entre”, sino de que la vía que lo procesa falla y la información llega distorsionada o incompleta.
Por eso, aunque oigas algo, puedes sentir que no entiendes bien lo que te dicen, sobre todo si hay ruido de fondo.

Cómo afecta el daño del nervio auditivo a la audición
Cuando el nervio auditivo está dañado o funciona por debajo de lo esperado, la señal que debería viajar hacia el cerebro pierde claridad.
Eso provoca situaciones muy características:
- Distinguir palabras se vuelve difícil, incluso cuando alguien habla alto.
- Los sonidos pueden percibirse “apagados”, deformados o con eco.
- Las conversaciones en grupo se vuelven agotadoras, porque el cerebro tiene que hacer un esfuerzo extra para reconstruir lo que se escucha.
- Los acúfenos (pitidos o zumbidos) aparecen con más facilidad.
Todo esto ocurre porque la vía neurosensorial no logra enviar una señal limpia.
Y aquí está la pista: el volumen a veces no es el problema, sino la calidad de la información sonora.
Diferencias entre pérdida auditiva neurosensorial y pérdida conductiva
Entender esta diferencia te ayuda a identificar mejor qué está ocurriendo:
| Tipo de pérdida | Dónde está el problema | Cómo se percibe | Causas habituales |
|---|---|---|---|
| Neurosensorial | Oído interno o nervio auditivo | Oyes pero cuesta entender, sonidos distorsionados, dificultad en ambientes ruidosos | Edad, ruido, fármacos ototóxicos, infecciones, genética |
| Conductiva | Oído externo o medio | Sonidos “tapados” o amortiguados, como si llevaras un oído taponado | Cera, otitis, perforación timpánica, malformaciones |
Una forma sencilla de reconocerlas es esta:
👉 Si aumentar el volumen no mejora la comprensión, suele estar implicada la sordera neurosensorial.
👉 Si al oír más fuerte todo se entiende mejor, es frecuente que haya un problema conductivo.
Causas más frecuentes de la sordera neurosensorial
La sordera neurosensorial puede aparecer por motivos muy distintos, pero casi siempre hay un elemento común: algo altera la forma en la que el oído interno o el nervio auditivo procesan la información sonora.
Comprender esas causas ayuda a detectar el problema antes y a orientar el tratamiento de forma adecuada, te las detallo:
1. Envejecimiento, exposición a ruido y lesiones del oído interno
El motivo más habitual es el envejecimiento del sistema auditivo. Con los años, las células del oído interno pierden sensibilidad y la señal no llega tan clara como antes. No es un proceso brusco, sino progresivo, y suele notarse primero en ambientes con ruido o al intentar seguir varias voces a la vez.
El ruido intenso también es una causa importante. Escuchar música muy alta con cascos, trabajar en entornos ruidosos o exponerse a explosiones o motores potentes puede dañar de forma permanente las células sensoriales. Aunque no duela, el impacto se acumula.
Las lesiones del oído interno, como traumatismos, infecciones virales o enfermedades inflamatorias, pueden alterar la estructura que transforma las vibraciones en impulsos nerviosos. Esto explica por qué, a veces, la pérdida auditiva aparece tras un golpe, un mareo intenso o una infección fuerte.

2. Factores genéticos y enfermedades que afectan al nervio auditivo
En otros casos, la sordera neurosensorial está relacionada con predisposición genética. Algunas familias presentan mayor tendencia a perder audición antes o a sufrir problemas de comprensión del habla incluso con sonidos normales.
También existen enfermedades que dañan directamente el nervio auditivo, como ciertos trastornos neurológicos, infecciones víricas que atacan esta zona o tumores benignos como el neurinoma del acústico. Aquí el oído puede funcionar bien, pero la comunicación con el cerebro falla y la información se distorsiona.
3. Medicación ototóxica y otros desencadenantes menos conocidos
Algunos medicamentos pueden dañar el oído interno y alterar la audición. Hablamos de fármacos ototóxicos usados en tratamientos específicos, como ciertos antibióticos, quimioterapias o diuréticos potentes. No siempre producen pérdida auditiva, pero sí conviene vigilarlos cuando existe riesgo.
Además, hay desencadenantes menos frecuentes que también pueden participar:
- Falta de riego sanguíneo en el oído interno.
- Enfermedades autoinmunes.
- Episodios súbitos de vértigo severo.
- Alteraciones metabólicas como diabetes mal controlada.
Aunque no sean causas tan conocidas, pueden influir en cómo recibe y procesa el oído la información sonora.
Síntomas de la sordera y señales de alerta
La sordera neurosensorial suele avanzar poco a poco, y por eso es fácil achacarla al cansancio, al ruido del ambiente o a un “no te he escuchado bien”.
Pero cuando empiezas a notar ciertos patrones repetidos, el oído te está enviando un mensaje que conviene atender cuanto antes.
Dificultad para entender conversaciones y sonidos distorsionados
Una de las señales más típicas es sentir que las personas hablan, pero no terminas de entender lo que dicen.
No es tanto que suene bajo, sino que las palabras pierden nitidez. Esto se nota especialmente:
- En bares o reuniones familiares
- Cuando varias personas hablan a la vez
- Al intentar seguir películas sin subtítulos
Otro síntoma frecuente es la sensación de sonido distorsionado, como si las voces perdieran calidad o sonaran metálicas.
Aquí el problema no está en el volumen, sino en cómo el nervio auditivo procesa la información.
Acúfenos, presión en el oído y pérdida de claridad auditiva
Los acúfenos (pitidos o zumbidos), la presión interna, o la percepción de que oyes “apagado” son signos muy habituales.
A veces aparecen tras un día de ruido intenso, pero si se repiten, indican que el sistema auditivo está trabajando con más esfuerzo del que debería.
También es frecuente alternar días mejores y peores, lo que genera inseguridad al mantener conversaciones o al hablar por teléfono.
Diferencias entre pérdida unilateral y bilateral
La forma en la que notas los cambios depende de si el problema afecta a un solo oído o a los dos:
- Unilateral: puede haber dificultad para localizar sonidos, girar más la cabeza para escuchar o confundir de dónde viene una voz.
- Bilateral: afecta más a la comprensión global del habla y a la claridad auditiva en cualquier entorno.
Te dejo una tabla a continuación para ayudarte a identificar estas señales rápidamente:
| Síntoma | Cómo se percibe en el día a día | Indicadores de alarma |
|---|---|---|
| Dificultad para entender voces | Conversaciones confusas en ruido | Problemas para seguir reuniones o entender frases completas |
| Sonido distorsionado | Voces metálicas o irregulares | Sensación de que “oyes, pero no entiendes” |
| Pérdida de claridad auditiva | Sonido apagado o poco definido | Necesidad constante de pedir que repitan |
| Acúfenos (zumbidos) | Pitidos persistentes o intermitentes | Aumento de intensidad o aparición en silencio |
| Presión en el oído | Sensación de taponamiento | Persistencia más de 48 h sin causa aparente |
| Pérdida unilateral | Dificultad para localizar sonidos | Girar la cabeza para escuchar mejor |
| Pérdida bilateral | Conversaciones globalmente difíciles | Problemas incluso en entornos tranquilos |

Tratamientos para la sordera neurosensorial
Cuando aparece una sordera neurosensorial, el objetivo principal es ayudarte a recuperar la mayor calidad auditiva posible y hacer que tu día a día vuelva a ser cómodo.
En CIO Salud trabajamos con diferentes opciones, siempre adaptadas a tu tipo de pérdida, a tu estilo de vida y al nivel de afectación del nervio auditivo.
Audífonos adaptados al tipo de pérdida auditiva
Los audífonos son el tratamiento más habitual, y te diré algo importante: no todos sirven para todas las pérdidas.
En esta alteración, lo clave no es subir el volumen, sino mejorar la claridad y el contraste del habla.
En la consulta evaluamos:
- Qué frecuencias tienes más dañadas 🎧
- En qué situaciones te cuesta más entender
- Si hay cambios entre un oído y otro
- Cómo responde el nervio auditivo a distintas intensidades
Con esa información seleccionamos un audífono que no solo amplifique, sino que ayude al cerebro a procesar mejor el sonido, evitando saturación o distorsión.
Además, ajustamos el dispositivo a lo largo de varias sesiones para que notes mejoras muy reales en tu vida diaria: conversaciones más limpias, menos esfuerzo y mayor seguridad al comunicarte.

Implante coclear y cuándo se recomienda
Hay casos en los que la sordera neurosensorial es tan marcada que el audífono no puede compensar el daño del nervio auditivo.
En esos escenarios, estudiamos la opción del implante coclear, un dispositivo que estimula directamente la vía auditiva.
Suele recomendarse cuando:
- La pérdida es severa o profunda
- El oído no mejora lo suficiente con audífonos
- La distorsión del sonido impide comprender el habla
- Hay un gran desequilibrio entre los dos oídos
El proceso incluye pruebas específicas, valoración médica y un análisis muy cuidadoso de tus expectativas. Nada se deja al azar; buscamos que el resultado sea estable y útil a largo plazo.
Rehabilitación auditiva y entrenamiento del procesamiento sonoro
El tratamiento no termina cuando colocamos un audífono o valoramos un implante.
En CIO Salud dedicamos parte del trabajo a entrenar tu sistema auditivo, porque la sordera neurosensorial afecta también al modo en que el cerebro interpreta los sonidos.
La rehabilitación se basa en:
- Ejercicios para mejorar la discriminación del habla
- Entrenamiento para identificar sonidos en ambientes ruidosos
- Rutinas de localización espacial
- Actividades que refuerzan la memoria auditiva
Este entrenamiento marca una diferencia enorme: te ayuda a recuperar fluidez en las conversaciones, reducir la fatiga auditiva y sentir que vuelves a controlar tu entorno sonoro.
Otorrino en Bilbao: CIO Salud, evaluación experta y soluciones personalizadas para tu audición
Si sospechas que puedes estar desarrollando una sordera neurosensorial o ya notas que tu audición no rinde como antes, este es el momento de dar un paso.
En CIO Salud realizamos una valoración completa del oído interno, el nervio auditivo y tu capacidad real para entender el habla, para así ofrecerte un tratamiento ajustado a lo que necesitas.
¡¡Lámanos y agenda tu cita hoy mismo!!

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