La voz, además de ser un instrumento clave en la comunicación del niño, también es utilizado para el juego, las relaciones sociales, el canto y la expresión de sus emociones. Por eso, si notas que tu hijo se queda a menudo sin voz o siente molestias durante un largo periodo de tiempo, es necesario acudir al especialista en otorrinolaringología para que realice las pruebas necesarias y paute el tratamiento más adecuado para resolver la disfonía infantil.
En este artículo, desde CIO Salud, queremos contarte en qué consiste la disfonía infantil, cómo se diagnostica y cuál es el tratamiento más adecuado. La intervención temprana del logopeda puede suponer un cambio radical para evitar lesiones crónicas que impidan al niño socializar correctamente.
¿Qué es la disfonía infantil?
La disfonía es una alteración de las cualidades acústicas y mecánicas de la voz, muy frecuente en niños.
Esta alteración de la voz dificulta la comunicación y afecta a las cualidades del sonido de la voz.
La disfonía infantil hace que el niño tenga que esforzarse para emitir un sonido potente o audible, que tenga dificultades para mantener la voz durante un tiempo prolongado o que se muestre cansado tras haber utilizado la voz inadecuadamente.
Existen diferentes tipos de disfonía como la disfonía orgánica, disfonía funcional, disfonía psicógena y disfonía traumática. Cada una de ellas tiene diferente origen: infecciones virales, mal uso o abuso de la voz, problemas psicológicos, o alguna agresión con un objeto en la garganta.
Cómo se detecta la disfonía infantil
Es curioso que la disfonía infantil suele ser detectada por una persona ajena a la familia, como es el caso de un profesor o el pediatra o alguien cercano que ya ha sufrido problemas de voz. Esto sucede porque los padres y los propios niños no consideran como algo preocupante o no son conscientes de esos cambios, ya que están acostumbrados a las características acústicas de la voz de sus hijos.
Otras veces asociamos esa voz patológica a la consecuencia normal de una fiesta de cumpleaños, a unas carreras con gritos por el parque o a las actividades extraescolares.
El mismo niño, muchas veces manifiesta su cansancio vocal y su incomodidad al ir perdiendo su voz y sus posibilidades de comunicación con sus amigos.
Los problemas de la voz se suelen clasificar como alteraciones de la calidad vocal, del tono o de la intensidad. Las alteraciones de la calidad de la voz son las más frecuentes de detectar y se refiere a si la voz es ronca, áspera, rugosa o soplada.
En cuanto a las alteraciones del tono se refiere a las voces que son muy agudas o, por el contrario, muy graves para la edad o el sexo del niño. En las alteraciones de la intensidad, estas se refieren a voces que son muy suaves o muy fuertes.
Síntomas de la disfonía en niños
Como decimos, no siempre es fácil para los padres detectar la disfonía infantil. No obstante, hay una serie de síntomas en el niño que pueden alertar de este problema:
- Carraspeo o tos seca no productiva (sin mucosidad).
- Fatiga vocal. El niño se cansa cuando habla durante mucho tiempo o se esfuerza al hablar.
- Cuando habla, notas que las palabras finales apenas se oyen y el niño tiene sensación de ahogo.
- A la hora de hablar, se observa tensión en su cuello y se hincha la vena.
- Siente dolor en la musculatura cervical.
- Tiene pérdidas de voz y se queda afónico durante más de un mes.
- Has comprobado que los fines de semana su voz mejora. Esto puede indicarnos que en el ambiente escolar hay mal uso o abuso de la voz.
- Después de un cumpleaños, excursión, actividad extraescolar… su voz empeora.
- Si por las mañanas está mejor, pero a medida que avanza el día su voz va a peor.
- Tiene molestias en la garganta, irritación, sequedad o sensación de cuerpo extraño.
- Tiene dificultad para cantar o cambios de tono.
¿Cuáles son las causas de la disfonía infantil?
En los niños, las afecciones de la voz suelen estar relacionadas con determinadas enfermedades, como los resfriados, la gripe o el exceso de gritos. La disfonía infantil suele ser causada en un 20% de los casos por alteraciones anatómicas tales como nódulos, edemas y/o quistes, que son producidas por el esfuerzo y mal uso vocal.
En los niños menores de 5 años, las causas más frecuentes para la aparición de la disfonía son el abuso y mal uso prolongado de la voz: gritos acompañado de posturas viciadas y respiración paradójica.
Entre los 5 y los 13 años de edad, la causa más frecuente de disfonía infantil sigue siendo el abuso y mal uso vocal prolongado. Pero, además, si se presentan problemas digestivos, como el reflujo gastrofaringolaríngeo (RGE) esto también favorece la aparición de la disfonía.
Aparecen también los nódulos que son la consecuencia de una disfonía funcional prolongada no rehabilitada en la cuerda vocal por el roce (o fonotrauma).
Aumento de la disfonía infantil por COVID
En estos momentos estamos detectando una nueva causa de disfonía infantil. Se trata de los problemas de voz causados por el uso prolongado de mascarillas para la prevención del COVID- 19.
Las mascarillas, sobre todo las de tipo FFP2, atenúan la intensidad del sonido y dificultan las conversaciones, la respiración y la hidratación de las mucosas del tracto vocal. Esto hace que el niño, que nota que la otra persona no le escucha, tiende a aumentar el volumen de su voz, lo cual fuerza la musculatura.
Además, al llevar la boca tapada, la garganta se seca, y se tiende a carraspear desencadenando tos y, con ello, la posibilidad de crear algún fonotrauma.
La mascarilla también impide la lectura labial, que es un apoyo fundamental para la inteligibilidad del lenguaje, lo cual nos hace elevar el volumen.
¿Cómo se diagnostica una disfonía infantil?
Si observas que la sintomatología que hemos comentado concuerda con los rasgos de la voz de tu hijo, es necesario acudir al especialista en otorrinolaringología para que realice las pruebas y observe la anatomía y la función laríngea. En CIO Salud, a partir de los 5 años, derivamos al niño a la consulta de logopedia, aunque no haya patología. De esta manera conseguimos reeducar en el buen uso de la fonación y cuidado de la voz con la intención de prevenir estos episodios. En niños más pequeños, son sus padres los que reciben asesoramiento vocal, puesto que son el modelo vocal de los niños.
Una vez en la consulta de logopedia, se realiza una evaluación de la voz del niño. Evaluar la voz en niños pequeños es una tarea complicada. Por eso, nuestra logopeda comienza con juegos y de forma lúdica a generar un vínculo emocional con el niño. A partir de ese momento, valora diferentes parámetros:
- Vocales: grado y tipo de disfonía, ronca, soplada, fatigada o tensa.
- Tonicidad y movilidad laríngea o gesto vocal: Tiene un componente físico que será aportado por las pruebas realizadas por el otorrino, pero es interesante que la logopeda considere el grado de flexibilidad y movilización de las estructuras laríngeas. Hay que anotar la altura laríngea, ciclo vocal, coloración, brillo, amplitud de onda y si hay tensión muscular en reposo, respiración y durante la fonación.
- Respiratorios: puesto que la voz y la respiración van íntimamente ligadas (ya que la voz es aire convertido en sonido), hay que contemplar cuál es el patrón respiratorio, si el niño es capaz de hacer un soplo prolongado y si puede mantener un fonema durante un tiempo determinado.
- Posturales: Nuestra logopeda también estudia la postura, ya que esto nos da muchos detalles sobre los malos hábitos y la tensión muscular asociada a ellos. En caso de ser necesario, se derivaría a la especialista fisioterapeuta para realizar un abordaje multidisciplinar.
Toda la información obtenida de la exploración física de la logopeda, junto a las pruebas objetivas realizadas desde el servicio de otorrinolaringología, nos ayuda a determinar un diagnóstico con exactitud.
¿Cuál es el tratamiento para una disfonía infantil?
En la mayoría de los casos, los cuidados básicos, el reposo y evitar que el niño grite demasiado es suficiente para acabar con la disfonía infantil.
No obstante, es muy adecuado realizar terapia vocal con un logopeda especializado en niños para corregir posibles errores (gesto vocal, respiración, postura corporal y bucal) y evitar así problemas en la edad adulta.
También existen fármacos y medicamentos que pueden ayudar, y muy raramente, el tratamiento es quirúrgico.
En la mayoría de las ocasiones, el tratamiento de la disfonía infantil conlleva la intervención del logopeda y es necesario la implicación por parte de los padres y de la familia para conseguir mejores resultados.
Los ejercicios encaminados a conseguir estos objetivos pueden variar de un niño a otro en función de la patología vocal que sufran, sus necesidades concretas, sus hábitos, su entorno familiar y su edad. Por eso, no basta con hacer los ejercicios por nuestra cuenta. Lo más adecuado es contar con un buen asesoramiento profesional.
¿Qué ejercicios podemos hacer para mejorar la disfonía en niños?
Aunque es difícil evitar que los niños griten, se emocionen, se exciten… existe una serie de recomendaciones para sustituir esos malos hábitos por otras prácticas de cuidado e higiene vocal. Los ejercicios indicados para la disfonía infantil los debe prescribir el logopeda en función de la patología concreta de cada uno. No obstante, sí podemos indicar algunas pautas para mejorar la higiene vocal.
- Mantener la hidratación óptima del niño bebiendo agua a temperatura ambiente. La hidratación es esencial para mantener viva la capa protectora (la mucosa) de la laringe. Para ello se recomienda que el niño beba 1/2-2 L de agua, haga inhalación de vapores de agua con sal (simulando suero fisiológico), utilice nebulizadores, humidificadores…
- Mantener la nariz limpia, para facilitar la respiración.
- Hablar a un volumen de voz moderado.
- Antes de hablar inspirar de manera relajada con una inspiración diafragmática y emitir voz sin esfuerzo.
- Evitar usar el aire residual de los pulmones para hablar.
- Hablar despacio, articulando correctamente las palabras.
- Procurar hablar cerca de la otra persona manteniendo contacto visual.
- Procurar no toser o carraspear, en su lugar, hay que hidratar.
- Evitar entornos muy ruidosos.
- Hacer ejercicios de relajación y/o estiramientos de forma diaria.
- Controlar la postura.
- Evitar los traumatismos en las cuerdas vocales, como toser y estornudar de manera ruidosa, reírse a carcajadas o imitar voces.
- Evitar hablar mientras se realiza ejercicio físico.
El tándem otorrino-logopeda para resolver la disfonía infantil en CIO Salud
En CIO Salud contamos con una Unidad de Voz que tiene como objetivo, el diagnóstico y el tratamiento de las distintas patologías de la voz que producen disfonía, tanto las orgánicas (nódulos, pólipos, etc.) como las funcionales (en las que no existe lesión).
Para ello, el otorrinolaringólogo realiza una historia clínica detallada, una valoración subjetiva de la voz, un examen físico y un análisis acústico de la voz, con las distintas medidas de eficiencia vocal. Una vez realizado el diagnóstico, se prescribe el tratamiento oportuno que, la mayoría de las veces, consiste en la rehabilitación logopédica.
El trabajo conjunto de nuestro equipo multidisciplinar, formado por nuestros otorrinolaringólogos junto a nuestra logopeda, nos permite garantizar un diagnóstico mucho más preciso de las lesiones y establecer el mejor tratamiento de las distintas patologías que producen disfonía, evitando practicar una fonocirugía.
Como ves, que el niño se quede afónico con frecuencia no es algo que debamos tomarlo a la ligera como padres. Si tienes alguna duda sobre la disfonía infantil, puedes dejarnos tus preguntas y opiniones aquí debajo o, si lo prefieres, puedes hacerlo en nuestros perfiles de Instagram, Facebook y nuestro canal de YouTube.
Si crees que tu hijo tiene disfonía infantil o algún problema de la voz, en CIO Salud podemos ponerle solución a este problema antes de que la situación empeore y repercuta en su buena sociabilidad.
