Si no se trata a tiempo, un ictus puede destruir parte del cerebro y tener consecuencias permanentes que afectan de manera importante a la calidad de vida de las personas. Entre esas consecuencias se encuentra la dificultad para comunicarse, hablar correctamente, comprender el mensaje de otra persona o poder mantener una conversación con coherencia. Para recuperar la comunicación y lograr un nivel óptimo de relación e interacción es imprescindible el trabajo del logopeda en la rehabilitación de un ictus.
En este artículo de CIO Salud queremos explicar cómo trabaja el logopeda en la rehabilitación de un ictus para facilitar que la persona que ha sufrido este accidente cerebrovascular pueda tener una comunicación lo más funcional posible, atendiendo a las secuelas y déficits que pueda presentar.
¿Qué es un ictus?
Antes de explicar las funciones del logopeda en la rehabilitación de un ictus, conviene entender de qué se trata.
El ictus es un accidente cerebrovascular debido a la poca irrigación de los vasos sanguíneos al cerebro. Cuando un vaso sanguíneo del cerebro se rompe, la falta de oxigenación provoca la pérdida de funciones cerebrales. El ictus puede empezar de manera súbita o gradual.
Cuando se trata de una obstrucción de los vasos sanguíneos que impiden el riego en una parte del cerebro, hablamos de un ictus isquémico. Si la recuperación de la circulación cerebral es rápida, en menos de 2 horas, la recuperación de las capacidades funcionales es completa.
Sin embargo, si se produce una rotura de ramas arteriales y la consiguiente hemorragia cerebral, hablamos entonces de un infarto cerebral. Aproximadamente, el 75% de los ictus son infartos cerebrales, cuyas consecuencias son incapacitantes dejando secuelas importantes.
En cualquiera de los casos, la neurorrehabilitación es imprescindible, así como la participación del logopeda en la rehabilitación de un ictus cuanto antes.
¿Cuáles son las causas de un ictus?
Hay algunos factores que predisponen a sufrir un ictus, pero no son evitables:
-Edad: existe mayor riesgo de sufrir un ictus después de los 60 años.
-Sexo: los ictus los sufren ambos sexos, un poco más en hombres que en mujeres, pero existe una mayor mortalidad entre las mujeres.
-Raza y herencia familiar: Las personas con padres y familiares que han padecido un ictus, tienen más riesgo de sufrirlo, así como aquellas personas de raza negra.
Pero, además, existen factores que sí son evitables y están relacionados con nuestro estilo de vida:
- Hipertensión arterial. Se estima que el 70% de los ictus están relacionados con la presión alta.
- Enfermedades cardíacas, sobre todo angina de pecho o infarto de miocardio.
- Diabetes mellitus.
- Hipercolesterolemia.
- Consumo de alcohol, tabaco o drogas.
- Sedentarismo.
- Obesidad.
Principales consecuencias de sufrir un ictus
Las consecuencias de un ictus dependen de muchos factores. El primero de ellos, es el tipo de ataque y gravedad del mismo, pero también influye la edad de la persona y sus características físicas en el momento del ataque.
No obstante, podemos hablar de diferentes consecuencias neurológicas y físicas:
- Ataxia: conlleva la falta de equilibrio, inestabilidad y mareos en la persona.
- Hemiplejia: es la parálisis total o parcial de un lado del cuerpo. Normalmente afecta a la mitad contraria del cuerpo a la afección cerebral. Si la persona presenta parálisis facial, esto afecta a la movilidad de los músculos de la cara, por lo que no se puede controlar la secreción de la saliva, además de impedir hablar correctamente.
- Afasia: así es como se conoce a la alteración del lenguaje que afecta la expresión y comprensión del mismo, tanto oral como escrito.
- Disartria: es la dificultad al articular las palabras. Este trastorno del habla está producido por problemas que afectan a los órganos que nos permiten articular las palabras y emitir la voz. Debido al ictus, la persona ve afectado el control motor de su cuerpo, lo cual altera la fuerza, tono y velocidad de los movimientos que participan en la articulación, fonación, resonancia y respiración necesarios para hablar.
- Disfonía: se trata de los cambios en las cualidades de la voz por un trastorno funcional que puede ser secundario a la parálisis o debilidad muscular de la persona afectada por un ictus.
- Disfagia: Es la dificultad para tragar alimentos, tanto sólidos como líquidos, así como para tragar saliva, debido a la lesión cerebral que afectan a los músculos y nervios del esófago. Este trastorno se asocia a un incremento de la mortalidad y morbilidad, ya que propicia el riesgo de aspiraciones, neumonía, desnutrición y deshidratación de la persona afectada.
Función del logopeda en la rehabilitación de un ictus
El trabajo del logopeda en la rehabilitación de un ictus se centra básicamente en mejorar las habilidades comunicativas y de la deglución. Es decir, el logopeda en la rehabilitación de un ictus va a tratar de mejorar principalmente los problemas de afasia, disartria, respiración, disfonía y disfagia, además de evaluar las secuelas del accidente cerebrovascular.
La evaluación del logopeda en la rehabilitación de un ictus es un proceso imprescindible para conocer las necesidades de cada persona y actuar de forma precoz y coordinada con otros especialistas, como el neurólogo o el fisioterapeuta. La intervención precoz y de forma individualizada es la clave del éxito en la recuperación de la funcionalidad y de la autonomía de la persona que se encuentra afectada.
Para conseguir esa autonomía y lograr una comunicación lo más funcional posible, el logopeda en la rehabilitación de un ictus tiene que:
- Evaluar las secuelas del daño cerebral y las dificultades que estas provocan en la persona.
- Reeducar y compensar las secuelas del daño cerebral para reducir las dificultades y discapacidades que han aparecido.
- Potenciar las habilidades conservadas y sacarles el máximo provecho para que la persona pueda volver a comunicarse y mejorar su deglución.
- Promover la integración social y familiar de la persona, trabajando no solo con el paciente, sino también con la familia a quienes el logopeda en la rehabilitación de un ictus va a informar e instruir sobre los ejercicios que se deben practicar también en casa.
Cuanto antes, mejor
La labor del logopeda en la rehabilitación de un ictus debe darse cuanto antes. Debe comenzar antes de que transcurran 6 meses desde la lesión. No obstante, hasta los dos primeros años después del ictus, sigue habiendo una evolución positiva de los pacientes. Es por eso, que resulta fundamental que el trabajo del logopeda en la rehabilitación de un ictus sea continuo en el tiempo.
Pasados esos dos años, también es importante mantener las terapias de rehabilitación con el fin de preservar la mejoría lograda.
El logopeda en la rehabilitación de un ictus puede desarrollar una serie de ejercicios que permiten recuperar el habla, sobre todo cuando se practican con mucha frecuencia y repetición. Esto hace que, junto con la neuroplasticidad del paciente, el cerebro pueda reconectarse y reestructurarse a sí mismo. De este modo se pueden volver a crear conexiones neuronales que se habían perdido como causa de la lesión cerebral.
La función del logopeda en la rehabilitación del ictus juega un papel fundamental, no solo para su salud física, sino también emocional. Hay que tener en cuenta que muchos problemas de comunicación derivan en posteriores depresiones, ya que la dificultad para socializar, comunicarse o entretenerse con la radio o televisión, lleva a la persona a un aislamiento total.
Logopeda ictus Bilbao
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Si aún tienes alguna duda en cuanto a la función del logopeda en la rehabilitación de un ictus, contacta con nosotros.
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