La dermatología clínica ha ido ganando protagonismo al conocerse mejor los mecanismos fisiopatológicos de los procesos patológicos que afectan a la piel y a sus anexos, y en consecuencia los medios y formas de tratar las enfermedades que en ellos se manifiestan.
Contempla tanto las enfermedades propias de la piel como las manifestaciones que ocurren en la piel pero que tienen su origen en otra parte del organismo. Se centra en la atención integral para el pronóstico, diagnóstico y tratamiento de cualquier patología cutánea.
Por lo general aparece en la adolescencia y suele ser respuesta del cambio hormonal que experimenta el organismo en esa edad, si bien es posible experimentarlo en edades posteriores. En estos casos lo más frecuente es que aparezca en la segunda y tercera décadas de la vida. Cuando aparece en pacientes del sexo femenino debe efectuarse un estudio hormonal e indagar sobre los hábitos cosméticos de la paciente.
El acné es un trastorno inflamatorio de la unidad pilo-sebácea de la piel. Se caracteriza por la aparición de ‘espinillas”, ‘granos’, en las áreas más seborreicas del cuerpo, como son la cara, el pecho y la espalda.
El tratamiento del acné es muy efectivo, consiguiendo porcentajes muy elevados de curación. En general se beneficia de sustancias queratolíticas (peelings), antiinflamatorias y antibióticos, aunque en casos severos y/o persistentes se opta por tratarlo con derivados orales de la vitamina A.
En cuanto a las secuelas estéticas del mismo, es posible emplear peelings químicos y/o terapia con láser fraccional no ablativo para regularizar la superficie de la piel, obteniéndose en la mayoría de ocasiones unos resultados excelentes a corto y medio plazo.
La piel de sujetos que padecen psoriasis, normalmente presenta una carencia de lípidos epidérmicos, especialmente de ceramidas. Así pues, la función barrera de estos sujetos está comprometida, con la consiguiente incapacidad de la epidermis de retener de forma adecuada el agua y la posibilidad de penetración de agentes nocivos en su interior.
La psoriasis es una enfermedad cutánea crónica caracterizada por fenómenos inflamatorios y un recambio acelerado de la piel. Esto produce la aparición de lesiones eritematosas (rojas) y descamativas en varias áreas del cuerpo. En la actualidad, se considera a la psoriasis no sólo una enfermedad de la piel sino que puede producir también afectación de las uñas, del cuero cabelludo, de las articulaciones y aumentar la predisposición a determinados trastornos cardiovasculares y metabólicos (hipertensión, diabetes, cardiopatía isquémica, accidentes vasculares cerebrales).
El tratamiento de la psoriasis es muy específico de cada paciente, del tipo de lesiones, de su localización, del impacto psicológico de la enfermedad y de las expectativas del mismo. Se divide en terapias tópicas (preparados aplicados sobre la piel), orales (fármacos que permiten regular la respuesta inmunitaria) y sistémicos (inyecciones en el tejido cutáneo o en vena). Cada paciente requiere una evaluación precisa y un trato exclusivo para perfilar la mejor terapia en su caso.
La dermatitis atópica es una enfermedad crónica de la piel muy relacionada con las personas que sufren o padecen algún tipo de alergia y suele manifestarse en los primeros meses de vida. Este tipo de dermatitis se caracteriza por un picor que suele ser intenso y persistente. En ocasiones, también se caracteriza por el engrosamiento de la piel y la aparición de zonas enrojecidas. Debemos tener en cuenta que en los lactantes suele manifestarse en la cara y en los adultos en placas en codos y rodillas. En los niños puede estar asociada a rinitis y asma.
Médicos dermatólogos especialistas confirman que este tipo de dermatitis puede tener un origen hereditario, aunque factores como el estrés, los climas extremos y la obesidad pueden ser otros detonantes. Normalmente, esta dermatitis se caracteriza por la aparición de escamas de color entre blanco y amarillento, que producen irritación, enrojecimiento, e inflamación en la piel, y tienen relación con la aparición de caspa y enrojecimiento de la piel. Dichas escamas pueden aparecer en el cuero cabelludo, en la cara o dentro del oído.
Es un tipo de dermatitis donde la inflamación de la piel es debida a una irritación de la misma normalmente causada por el uso de jabones, detergentes, disolventes, ácidos y alcalinos. Debemos prestar atención a las palmas de las manos y entre los dedos. Esta dermatitis puede ser de dos tipos, aguda, que tiene aspecto de quemadura y se produce rápidamente tras el contacto con un agente externo, o crónica, en la que la reacción se produce tras la exposición repetida y continuada a un agente o agentes irritantes.
CIO Salud es un centro médico multidisciplinar especializado en Otorrinolaringología, Dermatología, Logopedia y Fisioterapia.
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